Ni de noche ni de día.

El pozo de los deseos
Me gustaría ser el animal
que no duerme ni de noche
ni de día
La estrella de mar que se
desliza en el océano  azul.
El pez que recorre  el acantilad
en el mar.
El pájaro que revolotea feliz
como brisa fresca de atardecer.
Me gustaría ser el momento de
un beso que no pierde el sabor;
El abrazo de un niño que pide
caramelo después de un día sin  juguetes.
Me gustaría ser el momento
de un beso que no pierde el sabor;
el abrazo de un niño que pide
caramelos después de un día sin juguetes.
Me gustaría ser el  pañuelo  que seca
la lagrima imprevista de un abandono;
me gustaría ser el amante perfecto de
un corazón roto.
Me  gustaría ser la tirita de esa herida
de alma que no cura.
Me  gustaría ser  la respuesta
a un llanto después de un
día; a lo tanto inerte de
vida.
Me gustaría ser eso que falta
en los corazones de la gente;
y que todavía no he encontrado
el nombre.
Me gustaría ser todas esas cosas
que faltan y no tienen precio.
Me gustaría ser la valía de
esas pequeñas cosas que no;
nos representan.
Esas cosas que están ausentes;
ausentes de complacencia y estériles;
y que están o parecen estar
en un pozo; en el que no hay
cubo ni cuerda
para intentar llegar a ellas.
Pozo de cuerda rota y de
deseos olvidados.
María Carmen Osa Pena.

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